Un empresario de la construcción ha sido condenado a un total de tres años de cárcel por obligar a sus empleados a firmar en blanco su despido y el finiquito antes de formalizar el contrato. En dos casos en los que encargados de obras se negaron, el empresario falsificó su firma y acudió a un tribunal para defender que los había despedido legalmente. La Audiencia Provincial le ha condenado a un año y nueve meses de cárcel por falsedad en documento privado y estafa procesal, y a un año y tres meses por un delito contra los derechos de los trabajadores.
Via: el pais
viernes, julio 14, 2006
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4 comentarios:
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