Un asturiano ha decidido, motivado por la
iniciativa del Ministerio de la Vivienda, a cambiar su zapatilla por un piso. El asunto no funciona así, de golpe (sino mañana estaba cambiado mis flamantes botas de basket), es parte de un trueque que... bueno, lo leeis si quereis.
Las zapas no tienen mala pinta:
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